lunes, 27 de septiembre de 2010

Postmodernismo como periodo histórico

Tras el fin de La Guerra Fría como consecuencia de la caída del comunismo, teniendo como máximo símbolo la caída del muro de Berlín (1989), se hace evidente el fin de la era polar. Esto produce como consecuencia la cristalización de un nuevo paradigma global cuyo máximo exponente social, político y económico es la Globalización. El mundo posmoderno se puede diferenciar y dividir en dos grandes realidades: La realidad histórico-social, y la realidad socio-psicológica. A continuación daremos sus características.
Las principales características del pensamiento post modernista son:
Antidualista: Los post modernistas aseveran que la filosofía occidental creó dualismos y así excluyó del pensamiento ciertas perspectivas. Por otro lado, el post modernismo valora y promueve el pluralismo y la diversidad (más que negro contra blanco, occidente contra oriente, hombre contra mujer). Asegura buscar los intereses de "los otros" (los marginados y oprimidos por las ideologías modernistas y las estructuras políticas y sociales que las apoyaban).
Cuestiona los textos: Los post modernistas también afirman que los textos -históricos, literarios o de otro tipo-- no tienen autoridad u objetividad inherente para revelar la intención del autor, ni pueden decirnos "que sucedió en realidad". Más bien, estos textos reflejan los prejuicios, cultura y era particulares del escritor.
El giro lingüístico: El post modernismo argumenta que el lenguaje moldea nuestro pensamiento y que no puede haber ningún pensamiento sin lenguaje. Así que el lenguaje crea literalmente la verdad.
La verdad como perspectiva: Además, la verdad es cuestión de perspectiva o contexto más que ser algo universal. No tenemos acceso a la realidad, a la forma en que son las cosas, sino solamente a lo que nos parece a nosotros

Características historicosociales

En contraposición con la Modernidad, la posmodernidad es la época del desencanto. Se renuncia a las utopías y a la idea de progreso.
Se produce un cambio en el orden económico capitalista, pasando de una economía de producción hacia una economía del consumo.
Desaparecen las grandes figuras carismáticas, y surgen infinidad de pequeños ídolos que duran hasta que surge algo más novedoso y atractivo.
La revalorización de la naturaleza y la defensa del medio ambiente se mezcla con la compulsión al consumo.
Los medios masivos y la industria del consumo masivo se convierten en centros de poder.
Deja de importar el contenido del mensaje, para revalorizar la forma en que es transmitido y el grado de convicción que pueda producir.
Desaparece la ideología como forma de elección de los líderes siendo reemplazada por la imagen.
Hay una excesiva emisión de información (frecuentemente contradictoria), a través de todos los medios de comunicación.
Los medios masivos se convierten en transmisores de la verdad, lo que se expresa en el hecho de que lo que no aparece por un medio de comunicación masiva, simplemente no existe para la sociedad.
El receptor se aleja de la información recibida quitándole realidad y pertinencia, convirtiéndola en mero entretenimiento.
Se pierde la intimidad y la vida de los demás se convierte en un show (susceptible, además, de valoración económica).
Desacralización de la política.
Desmitificación de los líderes.
Cuestionamiento de las grandes religiones.
Características sociopsicológicas

Los individuos sólo quieren vivir el presente; el futuro y el pasado pierden importancia.
Hay una búsqueda de lo inmediato.
Proceso de pérdida de la personalidad individual.
La única revolución que el individuo está dispuesto a llevar a cabo es la interior.
Se rinde culto al cuerpo y la liberación personal.
Se vuelve a lo místico como justificación de sucesos.
Hay una constante preocupación respecto a los grandes desastres y al fin del mundo.
Pérdidas de fe en la razón y la ciencia, pero en contrapartida se rinde culto a la tecnología.
El hombre basa su existencia en el relativismo y la pluralidad de opciones, al igual que el subjetivismo impregna la mirada de la realidad.
Pérdida de fe en el poder público.
Despreocupación ante la injusticia.
Desaparición de idealismos.
Pérdida de la ambición personal de autosuperación.
Desaparición de la valoración del esfuerzo.
Existen divulgaciones diversas sobre la Iglesia y la creencia de un Dios.
Aparecen grandes cambios en torno a las diversas religiones.
Desaparece la literatura fantástica.
La gente se acerca cada vez más a la inspiración 'vía satelital'.
Las personas aprenden a compartir la diversión vía Internet.
Se crean teorías de la conspiración permanentemente, para explicar los grandes problemas económicos, políticos, sociales, religiosos y medioambientales

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